🌿 El proceso de cosecha del frijol pinto: del campo a la mesa con calidad garantizada
- Rebeca Ruiz Rubio
- 30 oct
- 2 Min. de lectura
El frijol pinto es uno de los granos más importantes del campo mexicano y parte esencial de nuestra alimentación. Su cultivo requiere dedicación, pero es durante la cosecha cuando se define la calidad del producto final. A continuación, te contamos cómo se realiza este proceso y por qué es tan importante.
El primer paso es elegir el momento ideal para cosechar. El frijol pinto está listo cuando las vainas se tornan beige o café claro y los granos están duros y bien formados. Si se corta demasiado pronto, puede perder rendimiento; si se deja pasar, las vainas se abren y los granos caen al suelo. Por eso, los productores esperan a que la planta esté completamente seca antes de recolectar, buscando que la humedad del grano sea menor al 16 %. Esto ayuda a conservarlo mejor y evita hongos o fermentaciones.
Existen dos formas principales de cosechar frijol pinto. La cosecha manual, donde se arrancan las plantas y se dejan secar al sol unos días. Luego se separan los granos golpeando las plantas secas. Este método es común en pequeñas producciones, ya que permite cuidar más el grano y evitar que se dañe.En producciones más grandes se usa la cosecha mecanizada, con máquinas cosechadoras que arrancan, trillan y separan los granos en una sola pasada. Aunque requiere mayor inversión, es un método más rápido y eficiente.
Después viene el secado del grano, que puede hacerse al aire libre o con secadoras mecánicas. El objetivo es reducir la humedad hasta un nivel entre 12 % y 14 %, lo que garantiza una mejor conservación. Este paso también ayuda a mantener el color y brillo característicos del frijol pinto.
Antes de empacar o almacenar, los granos pasan por un proceso de limpieza y cribado, donde se eliminan piedras, restos de plantas y granos dañados. Se utilizan máquinas llamadas cribas y corrientes de aire para dejar el frijol limpio, uniforme y listo para su venta o exportación.
Finalmente, el frijol seco se almacena en bodegas ventiladas y libres de humedad, preferentemente en sacos o silos bien cerrados. Esto evita plagas, conserva su frescura y mantiene su valor nutritivo.
El proceso de cosecha del frijol pinto combina trabajo, conocimiento y cuidado. Cada etapa —desde el campo hasta el empaque— influye en la calidad del producto que llega a nuestras mesas. Gracias al esfuerzo de los productores, el frijol pinto sigue siendo un símbolo del trabajo agrícola y del sabor del campo mexicano.




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