🌾 El proceso de cribado del frijol: un paso clave para garantizar la calidad
- Rebeca Ruiz Rubio
- 23 oct
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 30 oct

El cribado del frijol es una de las etapas más importantes dentro de la cadena de producción y comercialización de este grano. Aunque a menudo pasa desapercibido para el consumidor final, este proceso es determinante para asegurar que el producto que llega al mercado sea limpio, uniforme y de excelente calidad.
🔹 ¿En qué consiste el cribado?
El cribado es un procedimiento de limpieza y selección mecánica mediante el cual se eliminan las impurezas que acompañan al frijol después de la cosecha. Entre ellas se encuentran restos de tierra, hojas, ramas, piedras y granos dañados o quebrados.Para ello se utilizan cribas o zarandas, máquinas equipadas con diferentes tamices o mallas que separan el frijol según su tamaño, forma y peso. Este proceso puede complementarse con corrientes de aire que retiran partículas más ligeras, como polvo o cascarilla.
🔹 La importancia del cribado en la comercialización
El frijol crudo recién cosechado no siempre presenta las condiciones ideales para su venta. A través del cribado, los granos adquieren una presentación homogénea, libre de materiales extraños y con una textura visualmente más atractiva.Esto no solo mejora su valor comercial, sino que también garantiza la inocuidad y frescura del producto, aspectos cada vez más exigidos por compradores y distribuidores.
Además, el cribado permite clasificar el frijol por categorías o calidades, lo que facilita su destino a distintos mercados o usos: desde el consumo directo hasta la exportación o procesamiento industrial.
🔹 Beneficios del cribado
Mayor pureza y calidad visual del producto.
Reducción de pérdidas y desperdicios durante el envasado o transporte.
Mejor conservación, al eliminar elementos orgánicos que podrían generar humedad o contaminación.
Cumplimiento de estándares de exportación y normas sanitarias.
🔹 Un proceso que respalda la confianza del consumidor
El cribado es, en esencia, una muestra de compromiso con la calidad. Gracias a este paso, el frijol que llega a los puntos de venta mantiene sus características naturales y conserva su frescura por más tiempo.Para los consumidores, esto se traduce en un producto seguro, limpio y confiable; para los productores y distribuidores, en una mayor competitividad y reputación en el mercado.



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